Seguramente ya habrás adivinado qué es esto del «scrotox». Sí, tu intuición no te engaña. Scrotox es inyectar botox por motivos estéticos para eliminar las arrugas del escroto. Aunque parezca mentira, se ha convertido en una tendencia en EE.UU.
La neurotoxina de la bacteria Clostridium botulinum, popularmente conocida como botox, tiene múltiples aplicaciones clínicas además de la puramente estética para las arrugas faciales. En Neurología es eficaz para algunas distonías como el blefaroespasmo, la tortícolis espasmódica o el síndrome de Tourette, en Oftalmología para el estrabismo, en Urología para la vejiga neurógena, en Cirugía Máxilo-Facial para la sialorrea o exceso de salivación, etc. Ultimamente también se ha visto que tiene un efecto positivo en la hiperhidrosis o exceso de sudoración de axilas, manos y pies.
¿Y en el escroto? ¿Es útil? ¿Vale la pena? En primer lugar hay que decir que las arrugas del escroto se deben a la acción del músculo dartos que se encuentra bajo la piel, y que actúa como mecanismo termorregulador para que los testículos puedan producir espermatazoides en condiciones óptimas de temperatura. Cuando hace frío se contrae, disminuye la superficie del escroto en contacto con el exterior y los testículos se aproximan más al cuerpo para calentarse. Cuando hace calor el músculo se relaja, los testículos cuelgan más, y la superfice de contacto con el ambiente se amplía para permitir mayor pérdida de calor. El botox elimina las arrugas al paralizar el músculo dartos, y los testículos parecen más lisos y grandes. Pero también elimina este mecanismo de protección de los testículos, poniendo en peligro la producción de semen.
También hay que tener en cuenta que el tratamiento es caro (unos 3000 euros) y su efectividad es de tan solo unos 6 meses, por lo que habría que repetirlo periódicamente. Otro inconveniente es que hay que recomendar 4-6 semanas de reposo sexual tras la inyección. Además, en España el botox no está autorizado, como sí lo está para el tercio superior de la cara (entrecejo, frente y patas de gallo), por lo que no hay respaldo legal si hay efectos secundarios. Y un último apunte, aunque con el scrotox los testículos tienen una apariencia más redonda y lisa, cuelgan mucho más, pudiendo dar la sensación de envejecimiento genital antiestético. Justo lo contrario de lo que se busca…
En definitiva, salvo que seas una estrella del cine porno, el scrotox no parece más que un negocio sin mucho fundamento.
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