El esmegma es una secreción blanquecina que se acumula por dentro del prepucio, alrededor del glande. Está compuesto por células muertas descamadas de la piel del prepucio, y por la secreción de las glándulas de Tyson o pápulas perladas. Una curiosidad, las mujeres también lo producen, pero debido a la anatomía de los genitales femeninos, ellas no lo acumulan como los hombres.
La producción de esmegma es totalmente fisiológica. En pequeñas cantidades actúa como un lubricante natural. El problema es cuando por falta de higiene se acumula produciendo mal olor y aumentando el riesgo de sobreinfección bacteriana y balanitis.
Se aconseja realizar a diario una buena higiene íntima, sobre todo en aquellos varones no circuncidados. Os expliqué el año pasado cómo realizar una higiene correcta (ver aquí). Si el anillo prepucial es demasiado estrecho (fimosis), la retracción del prepucio y la higiene pueden ser imposibles, y es en estas circunstancias cuando la acumulación de esmegma puede causar mayores problemas. La circuncisión es recomendable en estos casos.
Algunos estudios indican que la acumulación crónica de esmegma podría aumentar el riesgo de padecer un cancer de pene. No es que el esmegma sea cancerígeno, sino que las sobreinfecciones repetidas pueden producir una irritación e inflamación crónicas que predispongan al cáncer.
Pero no os asustéis, simplemente aseguraos de realizar una correcta higiene, y si no podéis retraer bien el prepucio para hacerlo, entonces acudid a vuestro urólogo para valorar la necesidad de circuncisión. Esta operación resuelve para siempre los problemas derivados del acúmulo de esmegma.
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