En ocasiones es necesario retirar la piel del prepucio hacia detrás para descubrir el glande. Los adultos lo hacemos (o deberíamos hacer) cada día para nuestra higiene íntima. A los niños se lo hacemos los padres/madres también por higiene, y porque quizás nos lo ha recomendado el pediatra para evitar la fimosis. En pacientes ingresados o en instituciones geriátricas lo hace la enfermera cuando es preciso poner una sonda urinaria o la auxiliar durante la higiene.
El problema ocurre cuando no se devuelve la piel al sitio. Si existe una estrechez relativa de la piel, el glande puede ir hinchándose lentamente formándose un rodete edematoso por debajo (ver imagen) que impide devolver la piel a su sitio para cubrir de nuevo el glande. A esta situación se le conoce como parafimosis. Si la parafimosis evoluciona durante 24-48 horas, puede incluso llegar a necrosarse la piel del pene.
¿Cómo se resuelve la parafimosis? La primera opción es la reducción manual poniendo los dedos índice y anular de cada mano por debajo del rodete edematizado mientras con ambos pulgares se presiona el glande para intentar sobrepasar el anillo de piel más estrecho. Si no se consigue, es necesaria una pequeña intervención quirúrgica urgente para cortar el anillo y poder reducir la parafimosis. Si hay necrosis de la piel no basta con una pequeña incisión, habría que realizar una circuncisión completa.
ATENCIÓN a todos los hombres, madres, cuidadores/as de ancianos o niños, auxiliares, enfemereros/as ¡siempre hay que devolver el prepucio a su sitio!
12 Comentarios
Deja tu respuesta.