La higiene sexual o higiene íntima del hombre es esencial para la salud propia. Algunos estudios incluso han demostrado que la higiene diaria reduce las posibilidades de contraer el VIH. Pero también es muy importante para la pareja por el rechazo que puede generar una mala higiene (acúmulo de esmegma bajo el prepucio, mal olor, etc). En varones no circuncidados no lavarse a diario provoca el acúmulo de una secreción blanquecina llamada esmegma, que puede producir mal olor o infectarse generando una balanitis. Ya hablé de las balanitis y su tratamiento hace unas semanas.
Desde pequeños nuestros padres nos enseñaron a lavarnos los dientes o las manos, pero ¡olvidaron decirnos cómo lavarnos correctamente los genitales! Veamos cómo hacerlo:
- La higiene íntima del hombre debe realizarse con una frecuencia diaria.
- Después de tener una relación sexual también es recomendable lavarse, sobre todo si la mujer tiene la menstruación. Eliminar las secreciones evita el acúmulo de bacterias y los malos olores. Pero no es necesario realizarlo inmediatemente, puede hacerse a la mañana siguiente.
- Es mejor utilizar jabón neutro y agua abundante. No es recomendable usar esponjas ni frotar enérgicamente para evitar irritación, basta con frotar suavemente con los dedos.
- Con una mano debe retraerse completamente el prepucio para exponer la totalidad del glande. Con la otra se identifica el frenillo y se limpia a ambos lados, así como toda la circunferencia del surco balano-prepucial (por debajo del ribete del glande), donde tiende a acumularse el esmegma.
- Enjuagar con agua abundante y volver a colocar la piel del prepucio en su sitio.
- Continuar después con el vello púbico, el escroto, las ingles y el ano, también con agua y jabón y sin esponja.
- Secar bien toda el área genital, en especial el glande y las ingles, para evitar la humedad en zonas en la que existe tendencia a la aparición de hongos.
- No aplicar lociones o desodorantes que puedan irritar la zona genital.
Un exceso en la frecuencia de los lavados, la fricción excesiva, o la utilización de jabones antisépticos pueden ser incluso perjudiciales, ya que podrían eliminar las bacterias que viven habitualmente en la región (gérmenes saprófitos) favoreciendo el crecimiento de hongos o de bacterias patógenas.
Recuerda que la higiene es importante para todos, pero en especial para los varones no circuncidados. Y que no es bueno ni una higiene insuficiente ni una excesiva.
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