Un grupo de científicos de la East Carolina University, alimentaron durante 12 semanas a un grupo de ratas con una dieta rica en grasas y azúcares, de similares características a la “comida basura”. Otro grupo, en igual número, fue alimentado en cambio con una dieta sana. Durante el período de estudio, la mitad de cada grupo de animales hizo ejercicio durante cinco días a la semana, mediante la utilización de una cinta rodante.
Al cabo de las 12 semanas, se analizó la función eréctil mediante una estimulación eléctrica en el nervio cavernoso, que provoca un aumento del flujo de la sangre al pene, produciendo la erección. También se examinaron las arterias coronarias.
Los resultados del estudio, publicado en el American Journal of Physiology, demostraron que las ratas que habían seguido la dieta “basura” y que no habían hecho ejercicio físico habían desarrollado una disfunción eréctil y presentaban arterias coronarias con una escasa elasticidad. Pero las que llevando la misma dieta habían hecho ejercicio físico lograron evitar los daños cardiovasculares y se habían protegido de desarrollar la disfunción eréctil. Tal como era esperable, los animales que habían seguido una dieta sana habían evitado en su mayoría tanto los problemas en las arterias como la disfunción eréctil, aun sin hacer ejercicio físico.
El estudio sugiere que el ejercicio aeróbico actúa como agente protector con respecto a la disfunción eréctil inducida por la dieta y a la salud de las arterias coronarias.
¡Pero ojo! No quiere decir que justifiques un atracón en el McDonald’s con la excusa de que vas a ir a correr a la mañana siguiente…
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