Existe un debate popular, y también entre los psicólogos, acerca de si en una relación de pareja es mejor ser parecidos o ser contrapuestos. A día de hoy, la cuestión no está resuelta, los estudios a favor o en contra de “hipótesis de la complementariedad” o la “hipótesis de la similitud” no son concluyentes.
Recientemente se ha publicado una investigación muy interesante realizada sobre 1608 parejas heterosexuales, en las que se evaluó la personalidad de cada miembro de la pareja, se midió el grado de similitud entre ambos mediante un modelo matemático, y se correlacionó ese grado de similitud con el grado de satisfacción vital.
Los resultados mostraron que ser almas gemelas (en términos de personalidad) o polos opuestos no parece estar asociado con un mayor o menor grado de bienestar. Sin embargo, sí se correlacionaban con la satisfacción vital determinados rasgos de la personalidad como el ser extrovertido, agradable, emocionalmente estable o estar abierto a la experiencia. Además, la mayoría de los rasgos de personalidad positivos (estabilidad emocional, extroversión, agradabilidad, etc) en uno de los miembros de la pareja, predecían la satisfacción vital del otro miembro (no ocurrió esto con la “apertura a la experiencia”).
Los autores concluyen que tanto la semejanza como la complementariedad pueden ser satisfactorias o no según factores dependientes del propio individuo o de la estructura y dinámica de la pareja. La semejanza puede tener ventajas, como una mejor coordinación, mayores posibilidades de encontrar comprensión y empatía, o un mayor grado de refuerzo mutuo de comportamientos, opiniones, valores y creencias. Sin embargo, tener en el equipo “dos pies derechos” o “dos pies izquierdos” puede ser una clara desventaja. Por su parte, la complementariedad puede ser muy adaptativa cuando las fortalezas de cada miembro de la pareja compensan los puntos débiles del otro y viceversa; pero puede también dar lugar a más ocasiones de desacuerdo y conflicto.
En fin, que podéis ser igual de felices tanto si pensáis que “los polos opuestos se atraen”, como si tenéis al lado a vuestra «alma gemela». Todo depende de vosotros.
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