La trombosis de la vena dorsal del pene, también conocida como flebitis de Mondor, no es muy frecuente. Pero cuando ocurre alarma mucho y suele motivar la atención en urgencias. Se manifiesta como un cordón indurado y doloroso que recorre longitudinalmente la parte superior del pene, con muchos signos inflamatorios locales e incluso fiebre.
La presentación más típica es la de un varón de entre 20 y 40 años después de una actividad sexual prolongada. Existen además otros factores desencadenantes para la trombosis de la vena dorsal del pene como los traumatismos peneanos, una prolongada abstinencia sexual, infecciones locales, retención urinaria que provoca compresión venosa, tumores pélvicos (cáncer de próstata, cáncer de vejiga, cáncer de recto), utilización de anillos constrictivos en determinadas prácticas sexuales y el abuso de drogas intravenosas.
El diagnóstico es clínico, puede palparse fácilmente al ser la afectada la vena dorsal superficial. Pero también puede realizarse una ecografía-doppler del pene. El tratamiento consiste en reposo sexual, antiinflamatorios, antibióticos y pomada de heparina. Algunos casos severos pueden requerir infiltración de anestésicos locales y anticoagulación. Rara vez hay que hacer una trombectomía o una resección quirúrgica de la vena dorsal del pene. La recuperación es total y sin secuelas a las 4-6 semanas.
Como veis, la trombosis de la vena dorsal del pene puede ser algo muy llamativo y molesto, pero que con un poco de paciencia se resuelve bien en pocas semanas.
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