Hay razones biológicas para pensar que tener sexo induce el parto cuando la gestación ya está bastante avanzada. Por ejemplo, el semen contiene muchas prostaglandinas, unas moléculas que intervienen en el desencadenamiento del parto de forma natural, y que de hecho su administración se utiliza para la inducción artificial del parto. Además, tener una relación sexual puede aumentar la actividad uterina, lo mismo que la estimulación de los pezones.
Pero, ¿se ha comprobado científicamente que realmente tener sexo induce el parto? La respuesta es que se han hecho pocos estudios sobre el tema, y los pocos que se han hecho han tenido resultados contradictorios. Algunos investigadores dicen que sí y otros que no. Cuando esto sucede en medicina… hay que creer más bien que es un «no». Se ha estudiado incluso el moco del cuello del útero y no se han encontrado cambios en las mujeres que fueron sexualmente activas al final de su embarazo.
Lo que probablemente sucede es que si ha ocurrido alguna vez en la propia pareja, acaba creyéndose que es algo generalizado que le ocurre a todo el mundo. Y si lo pensamos bien, es probable que haya una relación sexual cercana al momento del parto. Las mujeres llegan a las últimas semanas del embarazo con dolor abdominal, pequeñas contracciones, sensación de presión en la pelvis, y más bien con ganas de que el bebé salga cuanto antes, así que es bastante probable que «busquen» una relación. Siendo así, es fácil asociar el acto sexual con el parto, que se habría producido espontáneamente de todas formas.
Como muchas otras cosas, parece que al final solo se trata de un mito. Eso sí, muy popular. La ventaja en este caso es que esta falsa creencia no es dañina. Es más bien irrelevante… o incluso beneficiosa ¿por qué no?
(Dedicado a todas las mujeres que, preocupadas por la salud de vuestra pareja, padre o hijos, seguís esta página. ¡Un beso a todas!)
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