El síndrome de enfermedad post-orgásmica (POIS, del inglés Post Orgasmic Illness Syndrome) es una rara dolencia que afecta solo a los hombres. Fue descrito por primera vez en 2002 por el neurosexólogo Marcel Waldinger, de la Universidad de Utrecht (Holanda). Sí, el mismo que definió el tiempo de latencia eyaculatoria intravaginal (IELT) para la evaluación de la eyaculación precoz. En 2002 publicó 2 casos de POIS en el Journal of Sex & Marital Therapy y en 2011 45 casos en el Journal of Sexual Medicine.
El POIS consiste en la aparición de fatiga, debilidad muscular, fiebre, sudoración, escalofríos, malestar general, congestión nasal, ardor en los ojos, dificultades de memoria, problemas de concentración, irritabilidad, incluso diarrea en algunos casos, después de tener un orgasmo. Puede iniciarse segundos, minutos u horas después de la eyaculación. Y lo peor, en la mayoría de los casos los síntomas duran entre 3 y 7 días. Sería como una especie de gripe tras cada orgasmo. Algunos hombres sufren esta enfermedad desde siempre (POIS primario) y otros a partir de un momento de su vida, habiendo tenido orgasmos previamente normales (POIS secundario). Existen diferencias de unos hombres a otros en cuanto a la intensidad, duración y tipo de síntomas predominantes, pero la forma en que se prensenta es muy constante para cada individuo.
Al principio Waldinger pensó que podía deberse a una especia de alergia al semen, o bien a una disregulación a nivel neurobiológico. También postuló que podría ser una disfunción hormonal hipofisaria con déficit de testosterona. Pero después de varios años estudiando este síndrome, y ya con más de 200 casos diagnosticados, su teoría es que se trata más bien de una reacción autoinmune al propio plasma seminal, aunque el antígeno desencadenante todavía no está identificado. Se sabe que se debe a alguna proteína seminal y no de los espermatozoides porque el POIS ocurre también en pacientes vasectomizados. Otro investigador, Barry Komisaruk de la Universidad de Rutgers (Newark, EE.UU.), que comenzó a investigar el POIS en 2012, cree que puede deberse a una disfunción del nervio vago, ya que todos los síntomas que padecen estos pacientes están mediados por este nervio.
Otra mala noticia para quienes padecen el POIS es que el único tratamiento que realmente funciona es la abstinencia. Se ha probado con antibióticos, antiinflamatorios, antihistamínicos, testosterona, etc con escaso efecto. El propio Waldinger ha probado con cierta eficacia la desensibilización progresiva con inyecciones repetidas de semen diluido, cada vez con dosis mayores. Pero los resultados no son claros y el tratamiento es tan tedioso y costoso que parece difícil de poder implementarse en la práctica clínica.
En definitiva, el síndrome de enfermedad post-orgásmica es muy incapacitante y tremendamente frustrante para quien lo padece, y también para su pareja. La buena noticia es que es relativamente raro y tenemos muchas posibilidades de no nos toque nunca…
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