He leído algunos artículos recientemente sobre sexo y coronavirus. Algunas recomendaciones propuestas son no besarse, lavado de manos antes y después del sexo, evitar sexo oro-anal (el covid-19 se transmite también por heces), usar mascarilla, posturas dándose la espalda (para evitar transmisión aérea), etc. Y la verdad es que me parece un poco sorprendente, porque la única recomendación que me parece posible es la de evitar el sexo con cualquier nueva pareja. O lógicamente evitarlo con tu pareja habitual si es positiva para covid-19, o con síntomas sospechosos de serlo, o si ha tenido contacto estrecho con algún contagiado.
Es de sentido común decir que no es el momento para iniciar una nueva relación con contacto sexual. O decir que cualquier contacto sexual con una persona que ha dado positivo en el test siempre va a ser muy arriesgado por mucho que uno se lave las manos, se ponga mascarilla o se de la espalda, y aún sabiendo que el virus no se transmite por fluidos sexuales. En este sentido, se ha bautizado como «coronasutra» a la nueva versión del clásico manual de posturas sexuales (el kamasutra) en el que se incluyen las «medidas de distanciamiento». Puede resultar todo lo atractivo o morboso que queráis, pero no es recomendable si hay riesgo de contagio. Las personas que todavía van a trabajar por pertenecer a actividades esenciales o permitidas, lógicamente interactúan con compañeros o clientes y desde luego que pueden entablar una relación de algo más que amistad, pero ya llegarán tiempos mejores. Y hasta entonces mejor labrar los sentimientos que consumarlos… Y cuando llegue, que todo llega, se disfrutará mucho más intensamente por ser un deseo trabajado, creciente y obligadamente prorrogado. Son todo obviedades, pero a veces hay que recordarlas.
También he leído estos días artículos en los que se ensalza la actividad sexual como mecanismo de refuerzo del estado inmunitario frente al coronavirus. Es sabido que la liberación de oxitocina y de endorfinas durante el sexo produce bienestar físico y psíquico, nos ayuda a liberar tensiones, nos hace dormir mejor y mejora nuestra inmunidad. Correcto, pero cada uno en su casa, y con su pareja. Y el que no tenga, pues ya sabe que solo le quedan los solitarios. A ver si vamos a alentar a la gente a hacer las cosas que no debe cuando no debe. Y si una pareja queda forzosamente separada por la cuarentena, entonces nos queda el sexting (mensajes eróticos, del inglés sex + texting), la videollamada erótica o cualquier otra alternativa que vuestra calenturienta imaginación proponga.
Por último, también ha habido muchas entrevistas a reputados sexólogos y estudiosos de las relaciones de pareja. La mayoría coinciden en que sexo y coronavirus pueden ser una oportunidad para estrechar lazos afectivos y generar más conexión y complicidad. Pero también se advierte de que en relaciones muy maduras la nueva rutina impuesta puede ser perjudicial para la propia relación o para el deseo sexual. En este caso quizás lo mejor sea un buen equilibrio entre las actividades comunes y las propias de cada uno (darse un poco de espacio vital), y al mismo tiempo esforzarse en ser especialmente detallista, motivador o incluso innovador (juguetes sexuales o el ya mencionado sexting por ejemplo).
En fin, como veis se ha escrito mucho sobre sexo y coronavirus. Solo he querido haceros un pequeño resumen. Utilizad siempre vuestro sentido común. ¡Y ánimo que ya queda menos!
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