La retención aguda de orina es una urgencia muy frecuente en el hombre, a partir de una determinada edad. La mayoría de las veces es una complicación de la hiperplasia benigna de próstata, pero también puede ser secundaria a otros procesos como una estenosis de uretra, el cáncer de próstata, o una prostatitis aguda. Otras veces se debe, más que a un problema obstructivo, a una incapacidad de la vejiga para contraerse debido a fármacos que la paralizan, a enfermedades neurológicas, o a una anestesia reciente.
En la retención aguda de orina hay una incapacidad completa para orinar, que se acompaña de mucho dolor en la parte baja del abdomen al estar la vejiga a tensión. El diagnóstico en urgencias es muy fácil, pues el propio paciente cuenta que no puede orinar y el médico palpa fácilmente lo que se llama «globo vesical» por encima del pubis. El tratamiento es rápido y eficaz, consiste simplemente en colocar una sonda urinaria. Normalmente lo hace la enfermera o el médico de urgencias, pero en algunos casos en los que la sonda no entra bien hay que avisar al urólogo de guardia. Si este tampoco pudiera poner la sonda, tendría que colocar con anestesia local un tubo directamente en la vejiga a través de la piel del abdomen (catéter suprapúbico).
Habitualmente el paciente puede irse a casa con la sonda puesta después de una retención aguda de orina, pero a veces es necesario ingreso hospitalario si hay fiebre, sangre en la orina tras el sondaje, insuficiencia renal detectada en el análisis, o si ha sido necesario poner un catéter suprapúbico.
¿Cuánto tiempo se deja la sonda puesta? En la mayoría de los casos se inicia en urgencias un tratamiento médico para la HBP y se indica la retirada de la sonda a los 3-7 días. Casi siempre el paciente puede orinar bien, pero hay que avisar de que existe un pequeño riesgo de nueva retención aguda de orina. Pase lo que pase, después siempre hay que acudir al urólogo para tratar el problema de base.
Podemos pensar que una retención aguda de orina solo la puede sufrir un varón de edad avanzada con un problema prostático conocido. Pero esto no es así. También un hombre joven puede tener por ejemplo una prostatitis que acabe en retención urinaria, o también puede sufrirla una mujer por la toma de determinados fármacos o por algún problema neurológico.
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