Psicólogos de todo el mundo sostienen que viajar da la felicidad antes, durante y después del viaje. Veamos por qué:
- Antes del viaje: planear el viaje nos da sensación de control. Buscamos hotel, sitios para ver, restaurantes o experiencias para disfrutar. Decidimos qué hacer, cómo y cuándo y lo intentamos llevar todo atado. Tener el control de lo que hacemos nos hacer sentir bien y la expectativa de lo que vamos a disfrutar nos hace anticipar la sensación placentera.
- Durante el viaje: sobrevivir en un país desconocido, con una lengua que no hablamos, adaptarnos a otra cultura y sortear los pequeños problemas que nos vamos topando nos hace sentirnos más competentes y nos eleva la autoestima. Además, cuando salimos de nuestro entorno nos damos cuenta de que nuestros problemas diarios son quizás más pequeños de lo que creíamos. Nos encontramos nuevas cosas, abrimos nuestra mente, y a veces incluso descubrimos algunas soluciones o estrategias para nuestro día a día, o aprendemos a valorar mejor lo que tenemos.
- Después del viaje: siempre nos queda el recuerdo de las experiencias vividas, las emociones, las anécdotas. Nos aburrimos de las cosas materiales, pero las experiencias siempre las tenemos ahí. Lo expertos afirman que comprar experiencias da más felicidad que comprar objetos.
Bien, pues los que tengáis la oportunidad de viajar estos días experimentad, vivid, disfrutad, apasionaos y a la vuelta ¡disfrutad recordándolo!
Felices Pascuas a todos.
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