No es infrecuente la consulta por la pérdida de fuerza en la eyaculación. Esta alteración, que puede causar bastante preocupación en quien la padece, se conoce como «eyaculación asténica» o «eyaculación babeante».
La eyaculación asténica se produce por la ausencia de contracciones musculares que impulsan al semen, y puede deberse a diferentes causas como lesiones en la médula espinal, neuropatía diabética o alcohólica, drogas, fármacos (antidepresivos, alfa-bloqueantes), estenosis de uretra, hipertonía del esfínter urinario externo, problemas de próstata con eyaculación retrógrada (fármacos alfa-bloqueantes, cirugía prostática) o, a veces, tras un largo periodo de abstinencia sexual.
Otro factor que incide claramente en disminuir tanto la cantidad de semen como la fuerza en la eyaculación es la edad, por la reducción natural en los niveles de testosterona y la distensión y cambios en los tejidos de conductos, músculos y órganos internos.
La fuerza de la eyaculación no tiene demasiada importancia ni en la virilidad ni en la fertilidad. Pero si se trata de un problema que te preocupa mucho debes consultar con tu urólogo para iniciar un estudio, descartar posibles causas y tratarlas si es posible.
Además, una forma de potenciar la fuerza en la eyaculación es realizar ejercicios de cortar el chorro en la mitad de la micción, por ejemplo dos veces cada vez que vayas al baño (ejercicios de Kegel). Así puedes fortalecer los músculos pélvicos que intervienen en la eyaculación.
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