En ocasiones es necesario extirpar la vejiga y el paciente a partir de entonces tiene que orinar en una bolsa adherida a la piel del abdomen. De igual manera que cuando las heces se abocan a una bolsa se llama colostomía, cuando es la orina se llama urostomía.
La mayoría de las veces la cistectomía se realiza por un cáncer de vejiga invasivo. Otras veces por infiltración de la vejiga por un cáncer contiguo de colon o de útero. Otra posible razón para tener que extirpar la vejiga son las disfunciones neurogénicas (lesionados medulares por ejemplo), inflamaciones crónicas (tuberculosis) o ciertos defectos congénitos (de nacimiento).
La derivación urinaria mediante una urostomía es definitiva e irreversible. Supone un cambio importante en la vida del paciente, que debe adaptarse a la nueva situación. De la mano de una enfermera especialista en estomas (digestivos y urinarios) debe aprender los cuidados y recambios de la bolsa, adaptar la ropa, etc. Después de un periodo de aprendizaje, la mayoría de los pacientes pueden hacer una vida absolutamente normal a nivel sexual, familiar, social o laboral.
¿Existen alternativas a tener que orinar en una bolsa? En algunos casos seleccionados se puede realizar otro tipo de reconstrucción con intestino a modo de reservorio que se aboca a la uretra. En estos casos se evita tener que llevar la bolsa, pero suele ser necesario el autocateterismo intermitente para vaciar varias veces al día la neovejiga. Además, puede no ser continente al 100% y requerir llevar absorbentes.
Como os podéis imaginar, las urostomías se realizan solo en caso de estricta necesidad, cuando se trata de salvar la vida por un cáncer maligno o salvar los riñones y evitar la diálisis.
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