Recientemente hemos escuchado con tristeza cómo 2 corredores morían durante un maratón en Castellón. Y no solo tristeza, sino también miedo, mucho miedo. Porque los que nos gusta hacer deporte, nos preguntamos si esto podría ocurrirnos a nosotros. De hecho, en España cada año se produce la escalofriante cifra de 127 casos de muerte súbida en deportistas. En la mayoría de los casos existe algún problema cardiaco subyacente que solo se manifiesta cuando se realiza una actividad física intensa. Algunas de estas patologías son el prolapso de la válvula mitral, la miocardiopatía hipertrófica obstructiva, la displasia arritmogénica del ventrículo derecho o el síndrome de Brugada.
Según los estudios, los factores de riesgo de muerte súbita son: varón de edad superior a 35-50, mujer mayor de 70 años, antecedente de enfermedad coronaria en la familia, nivel alto de colesterol, tabaco, hipertensión arterial y estrés. Con dos o más de estos factores de riesgo, la probabilidad de tener un infarto no se suma, se multiplica.
Según especialistas de la Fundación Española del Corazón las claves para prevenir la muerte súbita del deportista son estas:
- Plan de entrenamiento: hay que ir poco a poco, el entrenamiento debe ser progresivo. Debemos conocer bien los límites de nuestro cuerpo y no sobrepasarlos. Según un estudio publicado en 2011 en la revista Circulation, el ejercicio físico de resistencia durante años podría producir alteraciones estructurales en el corazón que favorecerían la aparición de arritmias.
- Consejos prácticos durante la práctica del deporte: calentar y estirar antes de comenzar, evitar temperaturas extremas (mucho frío o mucho calor), evitar parones prolongados con enfriamientos bruscos, motivarse con prudencia para evitar la extenuación, evitar sustancias excitantes como la caféina (cuidado con las bebidas energéticas), respetar la digestión (esperar 2-3 h tras las comidas), respetar el tiempo de adaptación a la altura en los montañeros, hidratarse mucho.
- Realizarse una revisión cardiológica en un centro especializado: incluye la toma de tensión arterial, ausculatación, electrocardiograma en reposo, electrocardiograma en esfuerzo, un holter (estudio del ritmo cardiaco durante 24 horas) y un ecocardiograma. Además existen tests para la detección de anomalías genéticas, sobre todo en los casos en los que haya antecedentes familiares de cardiopatías.
Muchos abogan porque las empresas organizadoras de pruebas populares de resistencia como maratones o triatlones, o las propias federaciones, exijan certificados médicos a los deportistas. En el caso de los deportistas profesionales ya se hace, pero aún así la prevención 100% es imposible. Todos tenemos grabada en la mente la terrible imagen de un futbolista cayendo fulminado en medio de un partido, y seguro que había pasado todos los chequeos médicos.
En definitiva, en primer lugar prevención mediante una buena revisión médica sobre todo si tienes factores de riesgo y, en segundo lugar, mucha prudencia. Porque aquellos que no nos ganamos la vida con el deporte, que somos la mayoría, ¿tenemos necesidad de forzar tanto y ponernos al límite? Reflexionadlo.
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