El tiempo pasa deprisa, y pronto llegamos a los 40… Ya hemos madurado, y empezamos a ver que nuestra juventud va quedando atrás. Reflexionamos y cuestionamos lo que hemos hecho hasta ahora en nuestra vida, sufrimos cambios físicos, fallecen familiares de generaciones anteriores a la nuestra, etc. Todo ello nos obliga a hacer cambios en nuestra vida diaria a nivel profesional, familiar, en la vida de pareja o en nuestro modo de ver y enfrentar la vida. Esto es lo que comúnmente se llama crisis de los cuarenta, o lo que los psicólogos prefieren llamar “crisis de la mediana edad”.
Según un estudio, los cambios de la crisis de los 40 comienzan de media a los 46 años, y duran entre 3 y 10 años. Vamos a ver los cambios físicos y psicológicos que sufrimos, y luego los consejos que los profesionales dan para sobrellevarlos:
- Cambios físicos: entrada la década de los 40 comienza el lento declive de nuestra producción de testosterona, a razón de un 1% anual aproximadamente (ya os hablé de la andropausia o menopausia masculina). Los síntomas principales son la disminución del deseo y la potencia sexual, insomnio, pérdida de masa muscular, caída del cabello, pérdida de memoria y mal humor o tendencia a la depresión.
- Cambios psicológicos: según los expertos se pueden presentar dos tipos de síntomas. En primer lugar síntomas depresivos como tristeza o ideas de desesperanza debido a la frustración por las tareas no alcanzadas cuando miramos hacia atrás. En segundo lugar, la preocupación por el futuro, por las metas que se quieren alcanzar, y que trae síntomas como angustia, intranquilidad o temor.
Y, ¿qué podemos hacer para afrontar la crisis de los 40?:
- Hacernos una revisión urológica y consultar cualquier problema sexual o físico que pueda ser síntoma de déficit de testosterona.
- Llevar hábitos de vida sanos: alimentarnos bien y hacer ejercicio físico regularmente.
- Relacionarnos con personas que nos aporten crecimiento personal y profesional.
- Mantener una actitud positiva pensando que todavía tenemos muchos años por delante, y que la edad trae consigo más experiencias y conocimientos.
- Disfrutar de la vida de una forma más ordenada que anteriormente, con menos improvisación y sobresaltos, pero sin perder la frescura.
- Reflexionar cada paso que demos a partir de ahora, pensando en el futuro, y en todas las metas que queremos alcanzar.
Para terminar, una cita del novelista francés Víctor Hugo: «El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes, es la oportunidad”.
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