La respuesta sexual humana, según Masters y Johnson, tiene una primera fase de deseo y excitación en la que se producen cambios físicos tanto en el hombre como en la mujer, necesarios para el coito. Es imprescindible entender que los preliminares no son previos a la relación sexual, sino que forman parte de la propia relación sexual.
Para que la relación sea satisfactoria y haya orgasmo en los dos miembros de la pareja, se requiere de un grado de excitación alto. Esto sólo puede conseguirse con una buena dedicación a los besos, caricias, masajes o cualquier cosa que imaginéis, es decir, todo aquello que llamamos juegos preliminares.
Por regla general los hombres somos más rápidos en estar preparados, y las mujeres un poco más lentas, por lo que podemos tender a precipitarnos. Es uno de los errores que los hombres cometemos en la cama. Debemos recrearnos en disfrutar y hacer disfrutar, estimular y avivar la pasión.
Quedaos con esta frase: «El éxito en la fase preliminar predice el éxito en las fases posteriores».
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