El investigador alemán Clemens Bimek ha creado un anticonceptivo masculino basado en un pequeño dispositivo implantable quirúrgicamente en el escroto. Lo ha patentado y lo ha llamado Bimek SLV. Se trata de dos pequeños interruptores que se colocan uno en cada conducto deferente, actuando como válvulas para abrir o cerrar la salida de los espermatozoides.
La intervención se realiza sin ingreso hospitalario, solo con anestesia local, y dura unos 30 minutos, lo mismo que una vasectomía. Pero a diferencia de la vasectomía, que solo puede revertirse mediante una vaso-vasostomía microquirúrgica, ahora la reversión se realiza con un simple click.
El primer hombre en probar este novedoso dispositivo ha sido el propio Bimek. Próximamente tiene previsto realizar más implantes en voluntarios, y se espera que en 2018 pueda comercializarse.
Pero que nadie piense que accionar el interruptor sería efectivo inmediatamente, y que por tanto podría activarse o desactivarse varias veces a la semana en función de la situación o de la pareja. NO, al igual que la vasectomía, se requieren unos 3 meses tras la interrupción del flujo para poder tener relaciones sin riesgo de embarazo (los espermatozoides quedan almacenados en las vesículas seminales). Hay que concebir Biomek SLV como un método reversible de planificación familiar a medio o largo plazo.
Parece un buen invento este interruptor para la fertilidad. Pero hay que ser cautos. Veremos si finalmente las autoridades sanitarias lo aprueban y se extiende su uso.
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