Ya os hablé de la enfermedad de La Peyronie, en la que aparece una placa de fibrosis que va retrayendo los cuerpos cavernosos y va produciendo una curvatura del pene. Es una enfermedad adquirida, más frecuente a mayor edad. Por el contrario, la incurvación congénita aparece en varones jóvenes cuando con la pubertad se desarrolla el pene.
Recordemos que el pene está formado por tres cilindros de tejido eréctil, los dos cuerpos cavernosos y el cuerpo esponjoso (alrededor de la uretra). Cuando hay alguna alteración del desarrollo por falta de capacidad de expansión o elasticidad en alguno de estos tres cilindros, o bien hay una desproporción en la longitud de alguno de ellos, entonces se produce en erección una curvatura hacia arriba, hacia abajo o lateral. No existe dolor, ni nódulos o placas palpables en el pene.
Estamos hablando de una curvatura peneana «de siempre». Es frecuente en los hombres que el pene se desvíe ligeramente hacia un lado, pero que no produzca ningún problema para las relaciones sexuales. Curvaturas < 15º sin repercusión funcional no requieren ningún tratamiento.
Si la incurvación congénita del pene es de > 30º y dificulta la penetración o genera un problema estético entonces debe corregirse quirúrgicamente, nunca antes de haber cumplido los 18 años. Hay que esperar a que el desarrollo del pene ya se haya completado. Esta incurvación marcada afecta mucho psicológicamente al joven que la sufre, produciendo ansiedad, falta de autoestima y a veces rechazo de la pareja.
En resumen, un pequeño grado de curvatura es normal, pero en los casos severos se aconseja la cirugía.
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