Según un estudio realizado por la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y la Universidad de Rennes (Francia) la ingesta continuada de ibuprofeno produce una disminución en la producción testicular de testosterona. El ibuprofeno es uno de los antiinflamatorios no esteroideos más comúnmente utilizados para tratar el dolor o la fiebre. Por ejemplo, entre los deportistas de élite, o también entre aficionados, es muy frecuente su uso para contrarrestar los síntomas del entrenamiento intenso.
Los investigadores dieron ibuprofeno 600 mg / 12 horas durante 6 semanas a jóvenes entre 18 y 35 años, y a otros les dieron placebo. Ya a las 2 semanas, se vio que los que habían tomado el antiinflamatorio presentaban cifras de testosterona normales pero con la LH anormalmente elevada. El cuerpo reacciona a la baja producción de testosterona con el aumento de la hormona hipofisaria LH, que estimula al testículo para producir más testosterona. Así se compensa el déficit de testosterona, y por eso a esta situación se le llama hipogonadismo compensado. El mecanismo de acción del ibuprofeno para inducir esta situación parece ser que se trata de un bloqueo genético a nivel testicular, según han podido comprobar los autores.
El hipogonadismo compensado ocurre en otras situaciones como en la vejez, en la menopausia masculina y en algunos trastornos hormonales. Y se asocia a infertilidad, falta de apetito sexual, disfunción eréctil, depresión, diabetes y enfermedades cardiovasculares. En el caso del ibuprofeno, el problema sería reversible una vez se abandone su consumo, según los autores del estudio. Los investigadores también afirman que en las mujeres el ibuprofeno también podría producir un desarreglo hormonal.
En resumen, cuidado en varones jóvenes con el abuso del ibuprofeno y, por extensión, de otros antiinflamatorios. Tomar un comprimido de vez en cuando no sería problemático, pero sí su uso continuado.
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