Los llamados ejercicios del suelo pélvico o ejercicios de Kegel fueron inventados por el Dr. Arnold Kegel en 1948, inicialmente para el tratamiento de la incontinencia urinaria femenina. Pero a lo largo del tiempo, se ha visto que esta rehabilitación o fortalecimiento del músculo pubo-coxígeo también es útil para tratar algunas patologías en el hombre:
- Incontinencia urinaria: especialmente cuando aparece después de una cirugía prostática. El tratamiento con láser o mediante resección transuretral de la hiperplasia benigna de próstata rara vez provoca incontinencia. Pero los escapes sí son frecuentes después de una prostatectomía radical por cáncer de próstata, tanto si se hace por cirugía abierta, laparoscópica o robótica.
- Eyaculación precoz: según algunos estudios puede ser una terapia eficaz para el control de la eyaculación. Una vez identificados los músculos y adquirida la capacidad de realizar una contracción mantenida, puede aprenderse a contraerlos justo antes del momento de la eyaculación para retrarsarla.
El primer paso siempre es identificar correctamente los músculos que hay que ejercitar. Para ello, hay detener y luego continuar el flujo de la orina mientras se está de pie orinando. No pasa nada si se contraen al mismo tiempo los músculos del ano. Los músculos que se utilizan para detener la orina son los del suelo pélvico.
Se aconseja realizar hasta 20 contracciones 3 veces al día, durante al menos 3 meses. Las primeras 10 contracciones deben ser rápidas y las siguientes 10 deben durar 5 segundos cada una. Puede que al principio cueste aguantar 5 segundos o realizar las 20 contracciones, pero a lo largo de los días o las semanas se podrá alcanzar el objetivo cada vez con más facilidad. Durante los ejercicios de Kegel es muy importante:
- No detener la respiración.
- No empujar hacia abajo. Al contrario, hay que apretar los músculos al mismo tiempo que uno imagina que está tratando de levantarlos.
- No contraer los músculos del abdomen, de los glúteos o de los muslos.
- Relajar los músculos del suelo pélvico después de cada contracción.
Lo bueno de los ejercicios de Kegel es que se pueden hacer en cualquier momento y sin necesidad de ningún equipamiento especial. Lo ideal es establecer la rutina 3 veces al día al levatarse, a medio día y al acostarse para que la rehabilitación del suelo pélvico resulte eficaz después de una cirugía prostática. La mayoría de los hombres logran controlar la orina antes de 9-12 meses después de la intervención.
En el caso de la eyaculación precoz, una contracción previa al orgasmo puede ayudar a retrasar el momento. Para ello debe estar muy mecanizada la contracción después de un periodo de entrenamiento, y muy bien identificado el momento premonitorio al orgasmo.
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