Es frecuente que un paciente consulte porque por las mañanas le cuesta empezar a orinar, mientras que el resto del día orina más o menos bien. Es lo que se llama retardo inicial o dificultad para iniciar la micción. Y forma parte de los síntomas obstructivos debidos a la hiperplasia benigna de próstata (HBP).
De hecho, la dificultad para empezar a orinar es uno de los primeros síntomas que aparece cuando con la edad comienza a aumentar de tamaño de la próstata. Por eso, como síntoma aislado, puede ser motivo de una primera consulta médica. Suele asociarse a pérdida de fuerza en el chorro, tener que levantarse por la noche alguna vez cuando antes no ocurría, o de día orinar más veces y con más premura.
Pero ¿por qué ocurre sobre todo al levantarse? Por la noche, es cuando ha pasado más tiempo la vejiga sin vaciarse, por lo que la primera orina de la mañana suele ser abundante. Es bien conocido que cuanto más llena está la vejiga, más cuesta empezar a orinar. Por ejemplo, los síntomas por obstrucción prostática se agudizan cuando uno aguanta más, y de hecho aguantar demasiado no es recomendable porque puede desencadenar una retención aguda de orina en un paciente con HBP.
Otras causas de dificultad para empezar a orinar, además de la HBP, son las prostatitis, algunos fármacos que paralizan la vejiga (anticolinérgicos, antidepresivos, etc), la estenosis de uretra, algunos trastornos neurológicos o el síndrome de la vejiga tímida (dificultad para orinar si hay otra persona al lado).
Por supuesto, debes consultar con el urólogo si comienzas a tener problema por las mañanas. Habrá que hacerte un análisis, una ecografía y una flujometría. Si la obstrucción es moderada o severa necesitarás tomar medicación para HBP, y si es leve y llevadera bastará con seguir controles anuales, porque con los años los síntomas se agudizan y puede que más adelante sí necesites tratamiento.
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