Se lleva años investigando sobre la anticoncepción hormonal masculina. Pero se trata de una ardua tarea, ya que la píldora masculina ideal debe reunir muchos requisitos: ser soluble para poder tomarse vía oral, tener un efecto rápido, no disminuir el deseo sexual, tener un efecto reversible sobre la fertilidad sin dañar espermatozoides o embriones, y no tener efectos secundarios en el sujeto después de ser tomada durante años.
El listón es muy alto, pero las compañías farmacéuticas ya han hecho algunos avances en los últimos años. Se han obtenido compuestos efectivos a base de testosterona y progestágenos, pero al no ser solubles solo pueden inyectarse. En un estudio reciente consiguieron una eficacia del 98,5% (1,5 embarazos por cada 100 parejas), frente al 91% de la píldora femenina. Sin embargo, muchos varones del estudio comunicaron efectos adversos como trastornos del ánimo o aumento del deseo sexual, etc.
Los preparados orales probados hasta la fecha, a base de testosterona, no han resultado del todo efectivos ya que las respuestas varían según los individuos, y además producen reacciones adversas sobre todo hepáticas. Pero hace pocos días se acaba de presentar en ENDO 2018 (congreso anual de la Sociedad Endocrina de EEUU) un estudio realizado con dimendrolona undecanoato (DMAU), un nuevo compuesto con actividad de andrógeno y progestágeno. A diferencia e otras sustancias orales probadas con anterioridad se ha conseguido por primera vez una supresión efectiva de la producción de espermatozoides sin efectos secundarios renales o hepáticos. A pesar de tener bajos niveles de testosterona circulante, muy pocos sujetos informaron de síntomas consistentes con deficiencia o exceso de testosterona. Sí hubo un ligero aumeto de peso y una leve disminución del colesterol bueno (HDL).
Los anticonceptivos hormonales femeninos también tienen efectos indeseables como mareos, náuseas, dolores de cabeza o incluso eventos trombóticos. Pero fueron aprobados en EE.UU. en 1960 (en España en 1978) cuando la regulación sobre los nuevos fármacos era mucho más laxa. Además existía una “necesidad” social de que le mujer pudiera decidir cuándo quedarse embarazada, sin tener que obligar al hombre a ponerse un preservativo. Muchos expertos afirman que hoy en día la primera píldora femenina no habría superado los estándares mínimos exigidos… Los que existen hoy han evolucionado, se han mejorado los compuestos, se han reducido las dosis y sí son seguros.
Unos investigadores japoneses han explorado otras vías en la búsqueda de la píldora masculina. Se trata de bloquear una proteína de los espermatozoides, la calcineurina. Cuando esto se consigue en ratones mediante la ciclosporina, se evita el embarazo de las hembras. La ciclosporina es un inmunosupresor que se utiliza en algunas enfermedades en humanos, pero tendría muchos efectos secundarios si se administrara solo para revertir la fertilidad. Actualmente están investigando inhibidores selectivos de la calcineurina que solo actúen a nivel testicular.
Si la anticoncepción hormonal masculina perfecta es complicada de conseguir, ¿qué alternativas existen para la vasectomía o el preservativo? Existen varias en fase de experimentación:
- RISUG (Reversible Inhibition of Sperm Under Guidance) y Vasalgel: son polímeros que se inyectan en ambos conductos deferentes bloqueándolos y que duran hasta 10 años. En cualquier momento se puede inyectar un antídoto para revertir el bloqueo.
- IVD (Dispositivo Intra Deferencial): es el DIU masculino, una especie de “tapón” que se implanta en los conductos deferentes y que puede retirarse después.
- Bimek SLV: se trata de un interruptor que se implanta en cada deferente. Ya os hablé de él en este enlace.
Bueno chicos, de momento es lo que hay. Veremos si en los próximos años se acaba implantando el DMAU como «píldora masculina» o alguna de las alternativas a la vasectomía.
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