A la hora de evaluar la disfunción eréctil, tu médico te realizará en la consulta una entrevista clínica y te hará una serie de preguntas para intentar esclarecer el grado de disfunción eréctil que padeces, su repercusión en tu vida sexual, y su posible origen.
Lo habitual es empezar por tu edad, tus condiciones generales de salud y tus antecedentes médicos, es decir, enfermedades que padeces, intervenciones quirúrgicas, medicación que tomas, etc:
- Edad: en pacientes jóvenes es más frecuente un origen psicológico, en pacientes mayores es más frecuente un origen orgánico vascular u hormonal.
- Factores de riesgo vascular: hipertensión, diabetes, colesterol, tabaquismo, sedentarismo, obesidad.
- Intervenciones que pueden afectar la potencia: prostatectomía radical por cáncer de próstata, otras cirugías por enfermedad prostática benigna, exéresis de tumores rectales, otras cirugías pélvicas, radioterapia.
- Enfermedades neurológicas que provocan impotencia: esclerosis múltiple, enfermedad de Parkinson, tumores cerebrales, trombosis o hemorragias cerebrales, hernias discales, lesiones medulares, polineuropatías (por alcoholismo, diabetes o insuficiencia renal).
- Problemas anatómicos del pene: incurvación peneana congénita o adquirida (Enfermedad de La Peyronie), micropene, traumatismos.
- Enfermedades endocrinas: déficit de testosterona conocido (hipogonadismo), hiperprolactinemia, hiper o hipotiroidismo, hiper o hipocortisolismo (enfermedad de Cushing).
- Problemas psicológicos: estrés, cansancio, problemas de pareja, miedo al fracaso en la relación sexual (ansiedad de rendimiento).
- Fármacos que provocan disfunción eréctil: antihipertensivos (diuréticos y beta-bloqueantes), antidepresivos y antipsicóticos, antihistamínicos, antiandrógenos, drogas de abuso. Más información en «Cómo mejorar el rendimiento sexual – parte 1».
Lo siguiente será tener que contestar a preguntas más específicas sobre tu vida sexual:
- Pareja: estable o esporádicas.
- Comienzo de la disfunción eréctil: duración, circunstancias en las que apareció y evolución desde su inicio.
- Grado de impotencia: anerección total o erección parcial en una escala 1-10 siendo un 10 una buena rigidez. Pérdida rápida de la erección una vez alcanzada. Alternancia con erecciones normales o variación horaria. Capacidad o no para penetrar con la erección conseguida.
- Circunstancias en que ocurre la disfunción eréctil: estímulo visual, táctil, penetración, masturbación, pareja nueva o pareja habitual.
- Erecciones espontáneas: presencia o no de erecciones matutinas o nocturnas.
- Otros aspectos de la función sexual: valoración de tu deseo sexual, tu orgasmo y tu eyaculación normal, precoz o retardada.
- Síntomas asociados: presencia de dolor con la erección o de incurvación peneana.
Con todo ello, y con algunas pruebas analíticas (incluyendo hormonas) y a veces radiológicas, la consulta médica servirá para filiar tu problema como de origen psicológico u orgánico (neurológico, hormonal o vascular), para hacerse una idea de su severidad y para ofrecerte el mejor tratamiento en tu caso particular.
Muchas personas por reparo o timidez tardan mucho en ir a la consulta para contar su problema, y entre tanto él y su pareja sufren importantes consecuencias negativas en su vida sexual. ¡No dudes en consultar! Da el primer paso y busca un buen profesional para abordar el problema.
¡Que tengáis un buen puente!
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