Según un estudio sobre 800.000 personas realizado por la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard (Massachusetts, EEUU) por cada 16 gr de cereal integral ingerido al día, se reduce la mortalidad globalmente en un 7%. Y si se desglosa por patologías, disminuye el 9% el número de muertes por enfermedad cardiovascular y el 5% de muertes por cáncer.
Además la relación es proporcional, es decir, cuanto mayor sea la cantidad diaria que se toma, más se reduce el riesgo de muerte. Por ejemplo, si se toman 48 gr de cereal integral, se reduce en un 21% la mortalidad.
Los cereales integrales, también llamados de grano entero, son todos aquellos que al ser molidos y tratados conservan las tres partes del grano: el germen (la parte más interna), el endospermo y el salvado (la cáscarilla externa). Por eso son más oscuros y más ásperos que los cereales refinados, a los que durante el procesado se retira el salvado y gran parte del endospermo. De las harinas integrales se obtienen el pan integral, la pasta integral, el arroz integral, las galletas integrales o los cereales integrales del desayuno, mientras que de las harinas blancas refinadas se fabrica el pan blanco, el arroz blanco o la pasta refinada.
Recordad que la cebada, avena, maíz, quinoa, arroz, centeno, trigo y otros cereales, siempre que conserven su grano entero, os pueden hacer vivir unos cuantos años más.
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