Se había estudiado el olor del aliento después del consumo de ajo, pero no se había estudiado el olor corporal. Científicos de la Universidad Carolina de Praga (República Checa) y de la Universidad de Stirling (Reino Unido) realizaron un experimento para comparar el olor corporal sin y con ingesta de ajo.
Para ello sometieron a estudio a 42 hombres durante 3 semanas. La primera semana hicieron una ingesta baja en ajo, la segunda semana alta en ajo, y la tercera tomaron cápsulas de ajo. Al final de cada semana los hombres llevaron una almohadilla en la axila durante 12 horas. Las muestras fueron puntuadas por 82 mujeres en función de si el olor era más o menos agradable, atractivo, masculino e intenso.
Los resultados fueron que el olor tras comer ajo fue significativamente más agradable, más atractivo y menos intenso, y más atractivo y menos intenso tras tomar cápsulas de ajo. Los autores concluyen que comer ajo puede tener efectos positivos sobre la percepción de un olor corporal placentero, y creen que puede ser por sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas.
Ya sabéis, si queréis volverlas locas, ¡mucho ajo! Pero mejor matar el aliento antes con pasta de dientes o un chicle de menta…
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