Los beneficios de tener una relación duradera de pareja son claros. Según un artículo publicado en la revista Psychology Today, además del equilibrio emocional y la seguridad, aprendemos a querernos más a nosotros mismos y a tener más autoestima, porque vamos asimilando las opiniones positivas de nuestra pareja, y no solo las nuestras. Además, al convivir con otros puntos de vista, moldeamos nuestras convicciones o creencias, que pueden ser equivocadas, y esto nos ayuda a nuestro crecimiento personal.
En otro orden de cosas, en particular en lo referente a la salud, podemos por ejemplo incorporar los buenos hábitos de nuestra media naranja como la dieta o el ejercicio físico. A nivel de salud sexual, el grado de compenetración con nuestra pareja puede ser máxima y plenamente satisfactoria después años de relación, y el riesgo de adquirir nuevas enfermedades de transmisión sexual desaparece totalmente.
Las profesoras J. Gabb y M.J. Barker de la británica The Open University, expertas en relaciones de pareja, entrevistaron a 4494 personas entre 18 y 65 años y analizaron a fondo 50 parejas. Los resultados de sus investigaciones fueron publicados el año pasado en el libro «Los secretos de una relación duradera». Estos son los aspectos claves que destacaron los matrimonios exitosos, entre los que curiosamente no figura el sexo, que queda en un segundo plano:
- Decir «gracias» y tener gestos positivos: reconocer mutuamente el tiempo y esfuerzo que se dedica a las actividades diarias del hogar.
- Comunicación: se refiere no solo mero hecho de hablar, que desde luego es bueno. Sino también a la comunicación no verbal, como salir a dar un paseo o ver la televisión abrazados, según afirma la profesora Gabb. En especial, las discusiones financieras fueron de las cosas peor valoradas.
- Pequeños detalles: según los estudios de Gabb y Barker, mucho más efectivo que un regalo caro, son los pequeños detalles diarios como subir el café a la cama, un gesto de cariño al salir o llegar a casa, o algún pequeño acto de generosidad.
- Disfrutar juntos: estar bien conectados en lo que se refiere al sentido del humor y a la diversión ayuda a que exista un conocimiento más profundo y más íntimo de la pareja. Para la profesora Gabb, ante una discusión, uno de los dos debe ser capaz de encontrar algo divertido para aliviar la tensión.
- Compartir cosas: valores, creencias, gustos, ambiciones, intereses y decisiones.
Otros expertos como Gerard Leleu, prestigioso sexólogo francés, añaden a las recomendaciones para conseguir una relación duradera la necesidad de proteger la independiencia de cada miembro de la pareja. Cada uno debe mantener su personalidad y sus pequeños espacios reservados. Hay un espacio compartido muy amplio, pero también debe respetarse la individualidad. Sobre esta misma idea, cito estas sabias palabras del poeta libanés Khalil Gibran:
Nacisteis juntos y juntos permaneceréis para siempre.
Estaréis juntos cuando las blancas alas de la muerte esparzan vuestros días.
Sí, estaréis juntos en la memoria silenciosa de Dios.
Pero dejad que haya espacios en vuestra cercanía,
y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos uno a otro, pero no hagáis del amor una atadura.
Haced del amor un mar móvil entre las orillas de vuestras almas.
Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una misma copa.
Compartid vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.
Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.
Las cuerdas de un laúd están separadas, aunque tiemblen con la misma música.
Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero se adueñe de él.
Porque sólo la mano de la Vida puede contener los corazones.
Y permaneced juntos, pero no demasiado juntos.
Porque los pilares sostienen el templo, pero están separados.
Y ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.
Ahí os lo dejo, para que vuestra historia puede terminar con aquello de «Fueron felices y comieron perdices».
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