El dolor testicular, más allá del propio dolor, produce siempre una sensación muy desagradable que se acompaña muchas veces de malestar abdominal o incluso de náuseas. Además, genera una gran preocupación que motiva acudir a urgencias o buscar una consulta urológica rápida aunque el dolor no sea muy intenso. El dolor testicular intenso y de inicio AGUDO puede deberse a:
- Epididimitis: infección por transmisión sexual o no.
- Torsión testicular: el testículo se gira sobre sí mismo y se estrangulan sus vasos sanguíneos. Requiere intervención quirúrgica urgente.
- Traumatismo testicular: por una caída, un accidente de tráfico o una patada.
- Cólico nefrítico: puede provocar dolor testicular cuando la piedra está bajando como ya os comenté un día.
El dolor CRÓNICO, no tan intenso pero mantenido a lo largo del tiempo, responde a otro tipo de patologías:
- Varicocele: varices en las venas que van al testículo.
- Síndrome de dolor postvasectomía: puede ocurrir entre el 1 y el 5% de los pacientes.
- Espermatocele o hidrocele: el espermatocele es un quiste líquido en el epidídimo y el hidrocele es una acumulación de líquido alrededor del testículo. Habitualmente son indoloros, pero ocasionalmente pueden producir molestias.
- Tumor testicular: normalmente son masas indoloras, pero en un 20% de los casos puede haber dolor por inflamación o sangrado intratumoral.
- Prostatitis crónica: a veces puede manifestarse como molestias vagas en la parte baja del abdomen o en el escroto, con escasos síntomas urinarios.
- Exceso de masturbación: puede producir molestias testiculares.
- Orquialgia crónica inespecífica: molestias crónicas en uno o los dos testículos, sin causa aparente.
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