Un catéter doble jota es un tubito de silicona, poliuretano u otro material biocompatible, cuyos extremos en forma de jota se alojan uno en el riñón y otro en la vejiga.
Muchas veces se tiene que colocar de forma urgente en algunos casos de cálculos urinarios o de tumores que obstruyen completamente el uréter impidiendo que la orina salga del riñón. La orina acumulada hace que el riñón se hinche produciendo lo que se llama «hidronefrosis». Esta situación es peligrosa no solo porque el riñón deja de funcionar, sino también porque la orina estancada puede infectarse produciendo una sepsis severa. El catéter se coloca introduciendo un cistoscopio rígido por la uretra bajo anestesia general o raquianestesia con un pinchazo en la espalda.
Otras veces el catéter doble jota se deja después de alguna cirugía urológica como una ureteroscopia para extraer un cálculo, una ureterectomía parcial por tumor, una pieloplastia por estenosis de la unión pieloureteral, un trasplante renal, un reimplante ureteral por reflujo vésico-ureteral o por lesión ureteral tras cirugía rectal o ginecológica, una resección transuretral de un tumor de vejiga sobre el orificio donde desemboca el uréter, etc. La colocación del catéter en estos casos tiene el fin de asegurar una correcta cicatrización ureteral.
El catéter doble jota siempre es temporal. Después de varias semanas, una vez solucionado el problema de base (cálculo, tumor o periodo de cicatrización postoperatoria), hay que retirarlo. Para ello se utiliza de nuevo el cistoscopio, por el que se introducen unas pinzas para coger el extremo del catéter y estirar de él. El procedimiento dura 5 minutos y se puede hacer sin anestesia general y sin ingreso, aunque en los varones frecuentemente se opta por una sedación corta.
¿Se puede hacer vida normal con un catéter doble jota? En principio sí, pero puede haber algunos síntomas derivados del catéter:
- Dolor renal por reflujo: en el momento de estar orinando se puede percibir dolor lumbar en el lado del catéter. Habitualmente el dolor se va tolerando y se reduce con el paso de los días.
- Frecuencia-urgencia: ganas de orinar más frecuentes y con sensación urgente de día, y tener que levantarse a orinar varias veces de noche.
- Hematuria: si se realiza actividad física importante, puede salir la orina rosada por el roce del catéter.
Algunas personas toleran mejor estos síntomas que otras. Antes de colocar el catéter es impredecible quién ni lo va a notar, o quien va a estar muy molesto. A muchos urólogos nos gusta pautar alguna medicación como un alfa-bloqueante (tamsulosina o silodosina), un anticolinérgico (solifenacina o fesoterodina) o ambos (tamsulosina+solifenacina) durante todo el periodo que se lleva el catéter para prevenir los síntomas.
Os dejo este enlace de un blog titulado «Mi vida con un catéter doble jota» donde encontraréis la visión de José Vicente, un ingeniero que cuenta toda su experiencia personal, además de haber recopilado muchísima información durante años sobre todo lo relacionado con estos catéteres.
Deja un comentario