El cáncer de testículo es el tumor sólido más frecuente en adultos de entre 15 y 35 años. Pero puede ser diagnosticado a cualquier edad, antes de los 15 o después de los 35. Su incidencia ha aumentado en los últimos años en los países desarrollados. Aunque el cáncer de testículo no es tan frecuente como el de próstata, puede ser mucho más preocupante. La primera razón es que aparece a una edad más temprana en la vida cuando las responsabilidades familiares, sociales y laborales son las máximas. La segunda razón es un potencial daño sobre la fertilidad o sobre la vida sexual.
La concienciación sobre el riesgo que tenemos los hombres de sufrir este tipo de cáncer es crucial para el diagnóstico precoz, y aquí es donde la autoexploración adquiere un papel muy relevante. Recuerda que el cáncer de testículo puede extenderse muy rápidamente, pero si se detecta precozmente es uno de los cánceres más curables.
El cáncer de testículo en los hombres tiene una gran ventaja sobre su contrapartida en las mujeres (cáncer de ovario). Nosotros podemos tocar nuestros testículos fácilmente y percibir cualquier bulto, irregularidad o aumento de tamaño de un testículo. Se recomienda encarecidamente a todos los varones la autoexploración periódica y consultar con el urólogo ante cualquier alteración o duda que se tenga. Como aquel paciente que os conté hace unos meses que vino a la consulta diciendo «Doctor, tengo un testículo cuadrado» y que, gracias a su autoexploración, fue diagnosticado a tiempo. Pero antes de explicar cómo debe hacerse una buena autoexploración, veamos algunas cosas sobre el cáncer de testículo.
Información general sobre el cáncer de testículo
- Tipos de cáncer: seminomas y tumores germinales no seminomatosos. Los no seminomatosos incluyen el carcinoma embrionario, el teratocarcinoma, el coriocarcinoma, el tumor del saco vitelino, tumores mixtos (poliembriomas) y tumores del estroma gonadal (tumores de células de Leyding, tumores de células de Sertoli, tecomas y tumores de células de la granulosa).
- Síntomas: el síntoma de presentación más común del cáncer de testículo es la percepción por parte del paciente de un bulto indoloro en el testículo. El dolor debido a sangrado intratumoral o inflamación ocurre solo en un 20% de los casos. Otros síntomas pueden ser la ginecomastia (crecimiento de los pechos en el hombre), la pérdida de peso, o los síntomas por metástasis abdominales o pulmonares, raros como primer síntoma de la enfermedad.
- Diagnóstico: exploración, marcadores tumores en sangre (alfa-fetoproteína, beta-HCG), ecografía testicular y TAC o resonancia toraco-abdómino-pélvica para estudiar la posible extensión del cáncer de testículo a otros órganos.
- Tratamiento: en primer lugar se realiza siempre la orquiectomía (extirpación quirúrgica del testículo). Una vez analizado el testículo, según sus características microscópicas, puede ser necesario recibir quimioterapia preventiva. Si en el momento del diagnóstico se han encontrado en el TAC ganglios linfáticos abdominales afectados o metástasis pulmonares, siempre se necesitará un tratamiento adicional después de la orquiectomía (quimioterapia y/o radioterapia y/o cirugía).
- Pronóstico: si el tumor está localizado solo en el testículo en el momento del diagnóstico, es curable. En fases avanzadas con ganglios linfáticos afectos o metástasis pumonares, también existen posibilidades razonables de curación. De hecho, el cáncer de testículo es el único tumor sólido del cuerpo curable incluso aunque haya producido metástasis.
¿Quién está en riesgo de sufrir un cáncer de testículo?
¡Todo el mundo está en riesgo! Sin embargo, se conocen algunos factores de riesgo que aumentan considerablemente las posibilidades estadísticas de sufrir un cáncer de testículo:
- Criptorquidia: el 10% de los pacientes con cáncer de testículo han tenido criptorquidia en la infancia. La criptorquidia se produce cuando en el momento del nacimiento uno o los dos testículos no han descendido a la bolsa escrotal. Esta anomalía debe ser tratada en la infancia para que los testículos se desarrollen correctamente. Algunas veces es suficiente con tratamiento hormonal, pero otras se necesita una operación para llevar el testículo al escroto. Si tienes una cicatriz en la ingle y/o tus testículos son pequeños pregúntale a tus padres si tuviste criptorquidia.
- Síndrome de Klinefelter: los hombres normales somos 46XY y las mujeres 46XX. Los hombres con síndrome de Klinefelter tienen un cromosoma X extra y son 47XXY. Son hombres normales pero con testículos pequeños que no producen espermatozoides. El diagnóstico se realiza habitualmente en las clínicas de fertilidad, cuando en la edad adulta consultan porque no pueden tener hijos. Otras veces los diagnostica un endocrinólogo si los niveles de testosterona son bajos y ha habido un retraso puberal o algún otro síntoma.
- Historia familiar de cáncer de testículo: igual que por ejemplo en el cáncer de próstata y en otros tipos de cáncer, si existe algún familiar de primer grado (padre o hermano) con cáncer de testículo, el riesgo es mayor que en el resto de la población. Es un tema estadístico, no quiere decir necesariamente que vayas a tener un cáncer de testículo si tu hermano lo ha sufrido. Pero está claro que debes vigilarte más de cerca.
- Microlitiasis testicular: si alguna vez te han hecho una ecografía escrotal por algún quiste, traumatismo, varicocele, etc. y ten han encontrado pequeñas calcificaciones repartidas por los dos testículos, debes tener en cuenta que existe mayor riesgo estadístico de cáncer de testículo y de problemas de fertilidad. Más información sobre la microlitiasis testicular.
- Otros factores de riesgo: el consumo de creatina (suplementos proteicos) y anabolizantes también se ha relacionado con mayor riesgo de cáncer de testículo según algunos estudios.
Como ya he dicho, todo el mundo debe estar concienciado sobre la posibilidad de tener un cáncer de testículo. Pero si tienes alguno de los factores de riesgo mencionados, entonces debes estar especialmente alerta y debes realizar una visita anual a tu urólogo además de tus autoexploraciones periódicas. Si no tienes ningún factor de riesgo, la probabilidad es menor, pero aún así se aconseja la autoexploración. Veamos cómo hacerla.
¿Cómo se realiza una autoexploración testicular?
La autoexploración es el mejor método para el diagnóstico precoz de un bulto o un cambio de tamaño en el testículo. Hazla regularmente (una vez al mes está bien), y si notas cualquier cambio o tienes dudas pide cita inmediatamente con tu urólogo. Sique estas instrucciones:
- Después de un baño o ducha con agua caliente la piel del escroto se relaja, los testículos cuelgan más y es el mejor momento para realizar la autoexploración.
- Es importante familiarizarse con la consistencia y tamaño normal del testículo y del epidídimo, el tubo que recoge los espermatozoides del testículo. El epidídimo se toca como un pequeño bulto blando y muy sensible encima de cada testículo. Una vez familiarizado ya no debes confundirlo como un tumor o una estructura anormal.
- Coge tu testículo suavemente entre el índice y el pulgar y busca bultos (los sospechosos de tumor son duros e indoloros), irregularidades o cambios de tamaño.
- Compara un testículo con el otro. Resulta de ayuda, pero ten en cuenta que una pequeña diferencia de tamaño o que uno cuelgue un poco más que el otro es normal. Ya hablé de ello en «¿Es normal tener un testículo más grande que el otro o que cuelgue más?».
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