El tratamiento para la disfunción eréctil (DE) es escalonado, desde lo más fácil y menos invasivo hasta lo más complejo y más invasivo. En Men’s App os he hablado anteriormente de muchos de los pasos en esta escalera de tratamiento:
- Cambios en el estilo de vida y control de los factores de riesgo vascular.
- Terapia psicológica.
- Viagra y otros fármacos orales.
- Tratamiento con testosterona.
- Crema de alprostadilo.
- Ondas de choque.
- Bomba de vacío.
- Inyección intracavernosa.
- Prótesis de pene.
Pero no os he hablado todavía de la bomba de vacío o dispositivo de vacío para la disfunción eréctil. En 1874, el médico norteamericano John King aplicó por primera vez un «extractor de cristal». Pero no fue hasta muchos años después cuando Geddings D. Osbon creó su «ErecAid», que él mismo usó personalmente y fue perfeccionando durante más de 20 años. Con la ayuda de su hijo Julian Osbon la bomba fue comercializada y popularizada, y el esfuerzo culminó en 1982 cuando la Osbon ErecAid se convirtió en el primer dispositivo de vacío aprobado por la Food and Drug Administration (FDA) estadounidense.
Aunque en principio la comunidad médica era escéptica, progresivamente fue ganando en aceptación a medida que los estudios científicos mostraron su eficacia y seguridad. Más tarde, con el descubrimiento por accidente del sildenafilo (Viagra) en 1998, el uso de la bomba de vacío decayó. Pero en los últimos años estos dispositivos parecen haber resurgido para los no respondedores a inhibidores de la PDE5, para aquellos pacientes en los que los fármacos orales tienen efectos secundarios o están contraindicados, y para la rehabilitación peneana después la prostatectomía radical (cirugía del cáncer de próstata).
¿Cómo funciona la bomba de vacío y cómo debe usarse?
La bomba de vacío consiste en un cilindro de plástico transparente con una apertura en un extremo por donde se introduce el pene. El cilindro y la bomba se usan para crear un vacío que succiona la sangre hacia el interior del pene, provocando la erección.
El primer paso es colocar un anillo constrictivo de goma sobre el extremo abierto del cilindro. A continuación se aplica un lubricante sobre la piel alrededor de la base del pene antes de apoyar el dispositivo. Esto hace que quede sellada la unión del cilindro con la piel para que no fugue el aire y se mantenga la presión negativa. Ahora se introduce el pene en el cilindro, se presiona firmemente contra el hueso púbico donde se ha puesto el lubricante, y se activa la bomba (manual o eléctrica). Cuando se alcanza la erección lo suficientemente rígida, el anillo constrictivo se desliza hacia la raíz del pene para que la sangre se quede y se mantenga la erección. Habitualmente la bomba viene acompañada de varios anillos de distinto tamaño y tensión, que hay que ir probando hasta encontrar el que mejor se adapta a cada uno. Finalmente se desactiva el vacío y se retira la bomba.
Durante todo el tiempo que dure el acto sexual el anillo debe mantenerse en la base del pene, pero nunca más de 30 minutos. Es muy importante entender que sobrepasar ese límite podría dañar el pene.
Muchos fabricantes aconsejan a los usuarios la «técnica del doble bombeo» antes de colocar el anillo. Consiste en activar la presión negativa durante 1-2 minutos, después desactivar el vacío hasta que se pierda rigidez, y reactivar de nuevo. El proceso se repite varias veces hasta que se alcance una erección, que en cada activación es más rígida.
Desde la comercialización de la original ErecAid, muchas otras casas comerciales han fabricado dispositivos de vacío que están disponibles en el mercado. Algunas bombas son manuales, y otras son eléctricas (con pilas). Las primeras requieren las dos manos para ser controladas, una para sostener el cilindro contra el pubis y la otra para accionar la bomba. Las automáticas pueden usarse con una sola mano, ya que el botón de activación y el de liberación del vacío están muy accesibles en el extremo cerrado del cilindro. Es una consideración importante para hombres que tengan reducida su destreza manual.
¿Quién puede usar y quién no una bomba de vacío?
Los dispositivos de vacío son seguros y pueden ser usados por pacientes con disfunción eréctil por cualquier causa, incluidas las vasculares, neurológicas, cirugía por cáncer de próstata, de vejiga o de colon, o incluso por causas mentales como ansiedad o depresión (en combinación con la psicoterapia). La bomba de vacío se considera en estos casos un tratamiento de segunda línea tras el fallo de los cambios en el estilo de vida, el tratamiento psicológico o los fármacos orales.
Pero en los hombres que han sido sometidos a cirugía de cáncer de próstata, vejiga o de recto, es un tratamiento de primera línea para la rehabilitación peneana solo o en combinación con la medicación oral. En este caso no debe usarse el anillo constrictivo. Se recomienda comenzar al cabo de un mes de la cirugía, y utilizar el dispositivo al menos una vez al día durante 5 minutos (puede usarse hasta 4-5 veces al día). Esto ayuda a llevar flujo sanguíneo al pene, prevenir la fibrosis de los cuerpos cavernosos y evitar el acortamiento del pene. La rehabilitación peneana puede ser necesaria entre 6 y 12 meses.
La bomba de vacío puede ser difícil de usar en hombres obesos debido a la grasa púbica. En estos casos hay que lubricar bien, si es preciso rasurar el pubis, y ajustar bien el cilindro contra la piel para obtener un buen sellado que mantenga el vacío.
El uso de dispositivos de vacío es una forma segura de tratamiento para la inmensa mayoría de pacientes con disfunción eréctil. Solo en algunos casos muy concretos hay que tener una especial precaución o incluso se desaconsejan:
- Uso de antiagregantes plaquetarios: aumentan el riesgo de hematoma peneano.
- Trastornos de la coagulación: deben estar muy bien tratados y controlados.
- Disminución de la sensibilidad del pene: en caso de lesiones medulares (parapléjicos) hay riesgo de heridas por la utilización repetida del anillo constrictivo. Debe usarse con precaución extrema y por periodos muy cortos de tiempo.
- Incurvación peneana (enfermedad de La Peyronie): si la curvatura es muy marcada el cilindro recto puede hacer demasiada presión sobre el pene lesionándolo.
- Antecedente de priapismo (erección prolongada) o en riesgo de padecerlo: anemia de células falciformes, leucemia y otras enfermedades sanguíneas. Nunca debe usarse una bomba de vacío en estos casos.
- Uso de anticoagulantes orales: no debe utilizarse la bomba. Hay riesgo importante de hematoma peneano.
La mayoría de pacientes se encuentran cómodos con el uso de la bomba de vacío al cabo de 5-7 días de aprendizaje. Pero algunas personas acaban abandonando su uso principalmente por:
- Motivos estéticos: se puede producir edema y dilatación de las venas superficiales del pene, además de enfriamiento del mismo mientras el anillo está en la base (aproximadamente 1ºC menos).
- Dificultad de integración en las relaciones sexuales: por la naturaleza mecánica del dispositivo, o por el tiempo de espera para conseguir la erección (10-20 minutos).
¿Cuál es el grado de satisfacción con una bomba de vacío?
Los estudios hablan de una tasa de satisfacción del 70-80%, con mejoría de la rigidez para conseguir la penetración, más frecuencia de relaciones y mayor satisfacción sexual para el hombre. Para las parejas la satisfacción es del 80-90%.
Sin embargo, igual que con otros tipos de tratamiento para la disfunción eréctil, la satisfacción puede decaer con el tiempo. Hasta un 30% de pacientes puede dejar de usar la bomba de vacío a medio o largo plazo por ya no obtener una rigidez suficiente, por dolor en el pene, por imposibilidad para la eyaculación o por insatisfacción con el edema o la temperatura del pene.
¿Qué efectos secundarios puede producir la bomba de vacío?
Una erección alcanzada mediante un dispositivo de vacío no es exactamente igual que una erección natural. El pene tiende a tomar una coloración más oscura, una temperatura más fría y puede tener menos sensibilidad. En general, los efectos adversos por el uso de una bomba de vacío son leves y transitorios:
- Hematoma peneano: habitualmente indoloro, se resuelve espontáneamente en pocos días.
- Herida en la piel: puede ocurrir en un 2% de los casos.
- Disminución en la fuerza de la eyaculación: esto se debe a que el anillo constrictivo impide la salida correcta del semen en el momento del orgasmo. No es peligroso, ni suele producir molestias, ni interfiere en la sensación placentera del orgasmo. El semen termina saliendo de forma babeante una vez se libera la banda de goma de la base del pene.
- Adormecimiento transitorio del pene: si ocurre, se recupera fácilmente al retirar el anillo constrictivo.
- Incurvación del pene en el punto de colocación del anillo constrictivo: la rigidez se alcanza por delante del anillo pero no por detrás, por lo que podría haber movilidad del pene si el anillo no se coloca lo más cerca posible de la base.
- Edema de la piel del pene: después del uso repetido de la bomba de vacío puede haber un cierto grado de edema crónico en la piel. No produce dolor ni otros problemas.
¿Cuánto cuesta un dispositivo de vacío?
Depende de la casa comercial y del tipo. Las bombas automáticas son algo más caras que las manuales, pero son más rápidas y más fáciles de manejar por quienes tengan poca destreza manual.
Hay multitud de bombas disponibles en el mercado online o en sex-shops, pero muchas de ellas no cumplen las suficientes garantías de calidad al no haber sido testadas. Es necesario advertir que son potencialmente peligrosas porque pueden producir una presión excesiva sobre el pene. Solo algunas bombas han sido bien diseñadas con válvulas que limitan la cantidad de presión en el interior del cilindro, cumplen todos los estándares de calidad, y han sido aprobadas por las autoridades sanitarias.
La original Osbon ErecAid es una opción muy buena, pero también la más cara (unos 400 euros el modelo automático). Yo a mis pacientes recomiendo el Androvacuum de Andromedical S.L. Es una empresa española con implantación internacional, fabricante y distribuidora de aparatos médicos para disfunción eréctil, para alargamiento del pene y para corrección de curvaturas. Tiene licencias sanitarias para sus productos en Estados Unidos (aprobación FDA), Europa, Australia, Rusia, Canadá, México y países asiáticos y cumple con los estándares de calidad ISO. El modelo automático tiene limitador de presión, vale 200 euros y la venta por internet es fiable. Aquí tenéis un enlace para la compra online:
En definitiva, podemos decir que en la era la medicación oral para la disfunción eréctil, la bomba de vacío se encuadra dentro de los tratamientos de segunda línea. Pero es eficaz y segura, y goza de unos buenos índices de satisfacción tanto para el hombre como para su pareja. En el caso de la rehabilitación peneana tras cirugía de próstata, vejiga o recto, es un tratamiento de primera línea junto con los fármacos orales.
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