Las estadísticas confirman que los tumores de testículo van en aumento desde los años 50. Esto es así en todo el mundo, pero especialmente en los países desarrollados. Las tasas de incidencia más altas se encuentran en los países del Norte de Europa (Suiza, Alemania, Dinamarca, Austria y Noruega), siendo un tumor muy raro entre personas de color y asiáticos. En España, se diagnostican más de 800 casos nuevos al año (0,6% de los cánceres en hombres). Entre los 15 y los 35 años es, junto con los linfomas, el tumor más frecuente en los hombres.

No se conoce muy bien el porqué del aumento del cáncer de testículo en las últimas décadas en los países industrializados, pero se cree que se debe a causas ambientales. Se sabe desde hace tiempo que la exposición a toxinas y disruptores endocrinos que actúan desde edades muy tempranas, provocan el empeoramiento de la calidad del semen y el descenso de la fertilidad masculina. Estos mismos factores serían los causantes del incremento de los tumores de testículo.

Otros factores de riesgo conocidos para el cáncer de testículo son la criptorquidia (testículo que no desciende al escroto), el síndrome de Klinefelter, factores hereditarios, la presencia de microlitiasis testicular o el consumo de suplementos como creatina o anabolizantes. Se han estudiado muchos otros factores como los traumatismos, la vasectomía, la hernia inguinal, etc pero sin resultados concluyentes.

¿Qué podemos hacer ante el aumento de los tumores de testículo? En primer lugar, la recomendación es llevar hábitos de vida sana. En segundo lugar, debe realizarse una autoexploración testicular periódica una vez al mes, y consultar ante cualquier duda.