Cuando un varón acude a la consulta solicitando un alargamiento de pene, en la mayoría de los casos puede objetivarse un pene de tamaño normal. Por lo tanto, suele tratarse de un problema más bien estético derivado muchas veces de una percepción errónea o de una baja autoestima.
Ya os hablé en una ocasión de que la longitud media del pene en erección son 12-16 cm, y de que no se considera un micropene si no es menor de 10 cm ( http://bit.ly/1rDP9xZ ). También os hablé sobre cómo se realiza una medición correctamente, y sobre la importancia muy relativa que las mujeres dan al tamaño.
Pero si aún así hay quien no está satisfecho con su tamaño, ¿cómo puede realizarse un alargamiento de pene? Existen dos formas de hacerlo, con muchas limitaciones:
- Extensores mecánicos: son dispositivos que se aplican 8 horas al día (generalmente por la noche) durante un mínimo de 6 meses.
- Cirugía de alargamiento de pene: lo que se hace es seccionar el ligamento suspensorio del pene. Se ganan entre 1 y 3 cm en reposo, pero no en erección. Habitualmente se aconseja el uso de un extensor durante un tiempo después para evitar la retracción, que tendría un efecto contraproducente.
En cuanto al grosor del pene, se puede inyectar grasa del propio paciente bajo la piel, pero los efectos son poco duraderos. Suele reabsorberse al cabo de 6-12 meses, por lo que puede ser necesario repetir las inyecciones. Otros materiales no reabsorbibles, como la silicona, se desaconsejan porque producen importantes complicaciones como infecciones, necrosis o deformidades.
Para concluir, simplemente decir que este tipo de intervenciones solo se aconsejan en casos de verdaderos micropenes que provocan problemas funcionales reales para llevar una vida sexual normal. Y una advertencia, se trata de cirugías que pueden resultar muy lucrativas, así que desconfiad del profesional que en primera instancia no os trata de convencer de que vuestro pene es normal y os ofrece la intervención quirúrgica a la primera de cambio.
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