Existe una fimosis fisiológica en los niños pequeños, de la que ya os hablé. En la mayoría de los casos se resuelve sola sin hacer nada antes de los 3 años. Pero cuando por fin se consigue retraer el prepucio, muchas veces encontramos las llamadas adherencias balanoprepuciales o sinequias balanoprepuciales. En los adultos pueden aparecer ocasionalmente, y casi siempre se asocian a fimosis. Viendo la imagen se podrá entender mejor qué son estas adherencias (a la izquierda el caso de un adulto y a la derecha el de un niño).
Las adherencias balanoprepuciales en los niños suelen ser débiles y pueden liberarse sin demasiada dificultad. No es que sean muy problemáticas, pero pueden atrapar esmegma debajo, que a veces forma quistes bajo la piel del prepucio. El proceso fisiológico normal es que con el crecimiento del pene y con las sucesivas erecciones las adherencias se van liberando solas y el esmegma acumulado va aflorando. Pero ocasionalmente pueden llegar a la edad adulta haciéndose cada vez más firmes y difíciles de resolver, sobre todo si coexiste fimosis. Por ese motivo, en niños mayores de 5 años en los que todavía persistan adherencias balanoprepuciales se pueden tratar. Lo primero sería utilizar una pomada de corticoide puesta dos veces al día durante un mes, forzando suavemente (sin hacer daño ni crear grietas) a partir de la primera semana. Si existe algo de anillo fimótico cede, y las adherencias se van liberando. Si no lo hacen, el médico en la consulta las termina de resolver con una pomada de anestesia local y la punta de una pinza roma.
En los adultos, las adherencias balanoprepuciales suelen requerir tratamiento quirúrgico, normalmente a la vez que se realiza la circuncisión. Las adherencias son tan firmes, que sangran al liberarlas y la zona del glande donde estaban tiene que epitelizar de nuevo.
Para concluir, solo decir que se trata de una patología leve que no crea excesivos problemas, que la mayoría de las veces se resuelve sola, pero que si se encuentra en niños de más de 5 años, nos podemos anticipar para evitar su cronificación en el adulto, cuando su resolución es más difícil.
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